Si las condiciones son favorables, la persona se apoya en ellas, deja a Dios en segundo plano y es una gran probabilidad de fracaso. Si las condiciones son desfavorables, la persona se siente insegura, tiene miedo de actuar y estará destinada al fracaso. Pero el que resuelve sembrar por la fe y recoger por la fe, esto es actuar independientemente de las circunstancias o de las condiciones, alcanzará el suceso de una manera o de otra. La vida exige decisión; exige acción. Mirar para las circunstancias, para las condiciones, nos impide poner en practica la fe sobrenatural.
Al actuar por la fe, lo que era para salir mal, sale bien. Esa es la certeza de aquel que vive por la fe. El agrada a Dios, por eso tiene su futuro garantizado. No depende del viento para sembrar, no depende de las nubes para recoger. Simplemente actúa. Simplemente cree. La inseguridad desaparece, la autosuficiencia se debilita. Lo que queda es solo la certeza de que Dios da la garantía. El es mayor que el viento, mas alto que las nubes. Quien esta con El no tiene miedo de plantar, porque tiene certeza de la cosecha.
Si espera el "tiempo correcto" nunca sembrará y nunca recogerá. El tiempo es ahora. El hoy es su única certeza. El Señor Jesús nos enseña a vivir un día a la vez. Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal. (Mateo 6 - 34)
Su futuro depende de usted andar con certeza hoy. Plantar hoy lo que quiere recoger mañana. Un día a la vez, un escalón cada día, es así que se llega a la cima.
Haga hoy su mejor.
Obispo Macedo
Día 07/02 de libro El pan nuestro para 365 días
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenas Tardes les comparto este testimonio de un niño ejemplo a seguir, y puede servir de ayuda a otros niños que estén pasando por la misma situación.
ResponderEliminarhttp://blogs.universal.org/bispomacedo/es/2015/02/12/el-juego-de-la-muerte/
Buenos días, este mensaje me hizo pensar que muchas veces nosotras en nuestras clases vemos diferentes clases de niños, aquellos que son rebeldes y parece que no cambian, niños que no ponen atención, niños por primera vez o poquitos niños, pero cuando les damos valor a esas almas y sembramos con fe sin mirar lo que nuestros ojos físicos ven, pronto recogeremos los frutos.
ResponderEliminarNosotras debemos representar al Señor Jesús para los niños, hacer las cosas de todo corazón, disciplina, disposición; la recompensa se verá y será muy gratificante saber que estos niños serán un testimonio más para glorificar a Dios.
ResponderEliminar