MEDITEMOS JUNTAS...
Clame:
Yo que nada valgo, clamé a Dios, y el me oyó, y me salvó de todas mis angustias(...)Dios bendice a los que en el confían. Ustedes pueblo de Dios, vengan y prueben su bondad;verán que a quienes lo adoran nunca les falta nada. (Salmos 34. 6;8)
Observe que primero esta persona tuvo que clamar para entonces ser atendido y verse libre de todas sus angustias. Muchos están dispuestos a humillarse delante de los hombres, pidiendo ayuda, pero no tienen la misma disposición para humillarse delante de Dios. Por eso es que sufren en este mundo. Pero aquel que se humilla delante de su creador será atendido. El atiende el clamor del afligido.
Cual es el problema que usted esta viviendo? tiene dificultades financieras? ha sufrido con una enfermedad y no ve solución? Todas las veces que una persona independientemente de su religión, sexo, color, edad, clase social o nacionalidad, clama y él responde. No hay misterio ni barreras, es simple y fácil. Aquí hay dos mensajes del altísimo a todos los afligidos:
Llámame cuando tengas problemas! yo vendré a salvarte, y tu me darás alabanza. (Salmos 50-15)
Llámame y te responderé. Te haré conocer cosas maravillosas y misteriosas que nunca has conocido. (Jeremías 33-3)
Haga una prueba ,crea y verá la bondad de Dios. Refugiese en él, escóndase en él y usted será feliz. No es magia, ni esto pasa de la noche para el día. Pero esa es la única garantía que usted tiene para ser libre de todas sus aflicciones: Clame y crea.
Clame a Dios, humíllese delante de él.
Obispo Macedo
Día 30 del Libro el pan nuestro para 365 días.
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