REFERENCIA BÍBLICA
Gálatas 5:22-23 y Lucas 10:25-37
OBJETIVO DE LA CLASE
Enseñar a los niños que cuando tenemos el Espíritu Santo, tenemos amor y alegría en nuestro corazón.
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“…el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que Él nos dio.” Romanos 5:5
INTRODUCCIÓN
Educadora, realice un cartel con las siguientes figuras: Un mendigo, personas buscando en el bote de la basura, y niños en las calles. Lleve también a la sala, tres metros de tela o papel fuerte, de color verde y cinta adhesiva. Extienda el papel o tela verde en el piso y pegue con la cinta adhesiva (Educadora, pegue bien porque los niños van a caminar sobre este papel o tela) Comience preguntando: ¿Están viendo a estas personas? (Muestre el cartel) Ellas están necesitando ayuda, ¿no es verdad? ¿A ustedes les gusta ayudar a sus amiguitos? (Espere que ellos respondan) Pero existen personas a las que no les gusta ayudar a los otros, ¿sabían? ¡Es verdad! En la historia de hoy vamos a conocer a dos hombres que no ayudaron a un necesitado. ¿Vamos a descubrir lo que sucedió? Entonces escuchen con bastante atención, que voy a comenzar a contarles.
EL ESPÍRITU DEL AMOR Y DE LA ALEGRÍA
Había una vez, un hombre que estaba paseando por el camino, (camine despacio con los niños encima del papel o tela verde que pegó en el piso) cuando de repente él vio a un ladrón. ¡Ahh! Que susto, el ladrón le robo y después lo tiró al piso. (Educadora pida a los niños que tomen asiento) Entonces pasó por ahí un hombre que no (Haga una señal negativa) lo ayudó. Inmediatamente después, vino otro hombre que lo miró. (Ponga su mano en la frente y mire al piso, mostrando curiosidad) ¿Cómo hizo el hombre? (Haga otra vez el gesto y pida que los niños la imiten) Él miró y miró, pero tampoco lo ayudó y se fue. Pobrecito el hombre que estaba en el piso. ¿Será que nadie lo iba ayudar? (Espere que ellos respondan)
Cuando él ya estaba pensando que nadie lo iba a levantar de ahí, apareció un hombre samaritano. ¡Que súper, la ayuda llegó! Él era muy bondadoso y venía montado en su animal, y al ver al pobrecito caído en el piso, inmediatamente se bajó para ayudarlo. Entonces colocó al hombre encima de su animal y lo llevó a un lugar donde los viajeros se hospedaban, después cuido a dos personas accidentadas y les dio comida y agua (Haga un gesto como si estuviese comiendo y bebiendo). Y antes de irse, él también dejó todo pagado para que el hombre se quedase muchos días descansando ahí.
CONCLUSIÓN
Amiguitos, Jesús se queda muy feliz cuando amamos y ayudamos a las personas. El samaritano hizo lo correcto ayudando a aquel hombre en el camino y él se quedó muy feliz por haberlo ayudado. Niños, cuando Jesús y el Espíritu de Dios están cerquita de nosotros, entonces nosotros tenemos amor y alegría en nuestro corazón. Quien quiera tener el Espíritu de Dios cerquita, diga ¡“yo”! ¡Muy bien!
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