lunes, 8 de julio de 2013

Unidad 2 Estudio complementario

                  


REFERENCIA BÍBLICA
Génesis 26.34,35;27


OBJETIVO DE LA LECCIÓN
Enseñar a los niños que valorizamos las cosas de Dios, somos bendecidos.

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“El hombre fiel recibirá muchas bendiciones.” (Proverbios 28.20)



INTRODUCCIÓN
       
Lleve fotos o ilustraciones de cajas y papeles de regalo. Muestre las ilustraciones y pregunte lo siguiente: ¿Levante la mano quien aquí ya ganó un regalo muy especial? Espere la participación. Es muy bueno ganar regalos. Saben niños solo ganamos regalos cuando merecemos, ¿no es cierto? Hoy vamos a oír la historia de un hombre que ganó un regalo muy especial. Escuchen con bastante atención que les voy a contar que regalo fue este.


JACOB ES BENDECIDO

            ¿USTEDES SE acuerdan de los hermanos Esaú y Jacob? Jacob era diferente que Esaú. Esaú tenia novias que no les gustaba a Dios, por eso Rebeca, la mamá de él se ponía muy triste. Un día Esaú llegó con mucha hambre de una cazada (pase las manos sobre la barriga y pida para que ellos la copien) y Jacob estaba haciendo una comida muy rica. Esaú pidió un poquito de comido y Jacob quiso cambiar la comida por el regalo que Esaú iba a ganar del padre. ¿Amiguitos, ustedes dirían no para un regalo especial? Espere la participación. Pero Esaú dijo que no. ¿Saben cual era el regalo que él iba a ganar?: La bendición del padre.
            Antiguamente, el papá colocaba la mano sobre la cabeza del hijo más viejo y hacia una oración muy especial por él, y todo aquello que el padre hablaba en el momento de la oración ocurría. ¿Vieron niños, que regalo bendecido? Pero Esaú prefirió la comida al recibir la oración especial. Entonces, en el momento de recibir el regalo de Dios, o sea, la bendición, la mamá que se arreglase como si fuese Esaú. Ella preparó la comida que Isaac, el marido de ella, que más le gustaba, y mandó que Jacob entregase para el padre. Isaac se puso muy feliz, oro y bendijo a Jacob pensando que fuese Esaú. Cuando Esaú llegó, Jacob ya había recibido el regalo de Dios, o sea, la oración especial.


  
CONCLUSIÓN


Esaú no se importaba con las cosas de Dios, no hacia lo que el padre le enseñaba, por eso Rebeca, su madre, no dejó que él recibiese la bendición, o sea, la oración especial, y ayudó a Jacob a ser bendecido. Amiguitos, debemos ser obedientes y desear siempre las bendiciones de Dios. ¿Quién aquí desea la bendición de Dios? ¡Muy bien!


     


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