jueves, 21 de noviembre de 2013

UNIDAD 3 - DIOS LIBRA A DANIEL EN EL FOSO DE LOS LEONES

 

DESPUÉS de un tiempo, el rey de la Babilonia paso a ser un hombre llamado Darío. ¿Nombre curioso, no es verdad? Pero ese era el nombre del nuevo rey. El escogió a Daniel
y a dos hombres para ser sus ministros en su reino. Pero, como Daniel hacia todo muy bien, el rey resolvió colocarlo como jefe de todos los demás. Bueno, los otros dos quedaron
con envidia, y ellos buscaban una falla en Daniel para perjudicarlo. ¡Qué feo no es cierto!
Nunca hagan eso, niños pues eso desagrada a Dios. Ellos vieron que no había nada que acusara a Daniel en su trabajo, pues ellos sabían que él era fiel a su Dios y oraba tres veces al día. ¿Saben lo ellos hicieron niños? Ellos pidieron al rey que creara una ley donde decía que por un mes era prohibido hacer oraciones a cualquiera Dios, cualquier petición
debería ser hecha únicamente al rey Darío.
El rey, sin saber de las intenciones de los dos, estuvo de acuerdo con la idea y mando divulgar la ley determinado que quien desobedeciera, seria echado en el foso de los
leones. Aun sabiendo de la ley, Daniel continuo orando y dando gracias a Dios tres veces al día, con la ventana de su casa abierta. Cuando los envidiosos vieron que Daniel estaba
orando, corrieron para contarle al rey e instigarlo a cumplir la ley, echando a Daniel en el foso de los leones hambrientos. ¡Ah, Niños! Ahí fue entonces donde el rey percibió la
maldad de aquellos hombres. El quedo muy triste, pues él quería mucho a Daniel, pero no podría hacer nada, pues una orden del rey no podría se desecha. ¡Bum! Lo hombres
echaron a Daniel en el foso de los leones, y el rey, con el corazón muy triste, solo consiguió
decir: Que tu Dios, a quien tú sirves Daniel, te libre.
Al otro día, bien tempranito, el rey fue corriendo hasta el foso y llamo a Daniel. El espantando, allí estaba Daniel, sentado con los leones, estaban bien quietitos, parecían gatitos. Y Daniel dijo al rey: Mi Dios envió un ángel que cerró la boca de los leones, y por eso estoy vivo. El rey Darío quedo muy contento y mando a sacar Daniel inmediatamente del foso de los leones y ordeno que se echara allá, aquellos hombres que habían acusado a Daniel.


CONCLUSIÓN

Aprendimos hoy con Daniel que debemos orar todos los días y confiar que Dios oirá y responderá nuestras oraciones. Orar es hablar con Dios. Podemos hasta decir a él todo lo que nos entristece y nos preocupa. Solamente El es poderoso para librarnos de todos nuestros problemas. Cuando pasamos por dificultades, así como Daniel en el foso de los leones, necesitamos insistir en nuestras oraciones, pues el Señor es poderoso para librarnos de todos nuestros temores y preocupaciones, amen, ¡niños!


 

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