En la revista de la Educadora de este mes, estaremos
dando continuidad a las historias que Jesús contó, a través
de parábolas como la higuera, del siervo bueno y malo, en
especial, hablaremos de la Pascua. La fiesta de la Pascua, la
más especial de todas, pues en ella festejamos la
resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y
recordamos el sacrificio hecho por El para salvar a toda la
humanidad.
La fiesta de la Pascua fue establecida después de la
liberación de los israelitas, que estaban esclavos en Egipto
por faraón. La sangre del cordero sin defecto, que fue
sacrificado y esparcido por las puertas de las casas del
pueblo de Israel para librar al primogénito de la muerte,
simbolizaba el Cordero de Dios (Jesús) que sería
sacrificado en favor de cada uno de nosotros. Gracias a ese
sacrificio, hoy, al aceptar a Señor Jesús como Salvador,
somos libres de la esclavitud espiritual, y recibimos el
derecho de la vida eterna. Por eso tenemos muchos
motivos para alegrarnos. Educadora, haga que el Domingo
de Pascua sea un día de fiesta en la EBI. Lleve a los niños a
comprender que la muerte de Jesús es la demostración del
gran amor de Dios por nosotros y, por eso es un día de
alegría.
"Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su
hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3.16).
No hay comentarios:
Publicar un comentario