Hola mis queridas Educadoras
y Consejeras
Es un placer poder compartir
con cada una de ustedes esta
palabra ya que estoy segura de que Dios
hablará con cada una de ustedes.
En una cierta ocasión, el Apóstol
Pablo, miraba el pueblo pelear entre si diciendo…
YO SOY DE PABLO, y otros decían… YO SOY DE APOLOS.
Observando esta situación,
el apóstol pablo dijo:
Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy
de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
¿Qué, pues, es Pablo,
y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído, y eso según
lo que a cada uno concedió el señor.
Yo planté, Apolos
regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni
el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega
son una misma cosa, aunque cada uno
recibirá su recompensa conforme a su labor. (1 Corintios 3 – 4 al 8)
Infelizmente hemos visto que esta rivalidad ha ocurrido en la EBI, hay
educadoras que aún tienen este espíritu, a veces por tener más tiempo de Obra, más
tiempo de Educadora, piensa que es mejor que las demás y todo tiene que ser
como ellas desean.
Quiero que cada una de
ustedes comprenda que todas nosotras
somos parte del cuerpo de Cristo, y que cada una tenemos un valor muy especial
para Dios.
Sea usted una Educadora
titular o una Educadora auxiliar. Todo lo que hacemos es para que el Nombre del
Señor Jesús sea glorificado.
Entienda, todo esto….
Educadora titular o Educadora auxiliar… Todo es título, lo que importa es la
dedicación y el amor que usted ha puesto en
lo que usted hace en la EBI.
Más adelante el Apóstol
Pablo nos muestra como debemos hacer nuestro trabajo para Dios:
Y si sobre este
fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la
probará. (1 Corintios 3 - 12 al 13)
Aquí el apóstol Pablo habla
de varios tipos de obras:
La de oro, la de piedras
preciosas, la de madera, la de heno, la de hojarasca.
Él también dice que la obra
de cada uno será probada en el fuego y él termina diciendo… aunque cada uno recibirá su recompensa
conforme a su labor. (1 Corintios 3 - 8)
Todo lo que hacemos en la
Iglesia es necesario y muy importante, pero nuestro galardón será basado en las
almas que ganamos (estas
son las obras de oro y de piedras preciosas).
No importa cuántos baños
usted limpio, cuantas veces usted dejo la EBI organizada, cuantas veces usted
limpió el altar de la iglesia etc… (Obras de madera). Entienda, que
todo eso es muy importante, pero la pregunta que hará Nuestro Señor cuando llegue el gran día será ¿CUANTAS ALMAS USTED GANÓ PARA MÍ?
Amigas, tenemos que
priorizar en lo más importante que es Ganar Almas, sin mirar para lo que las demás están
haciendo, cada una recibirá la recompensa según sus obras.
De pronto a su alrededor hay
personas que ganan créditos por lo que usted hace…. Tranquila, en el Tribunal
de Cristo… cada uno recibirá su
recompensa conforme a su labor. (1 Corintios 3 - 8)
No espere recompensa del
hombre, enfóquese en ganar almas, dar un
buen ejemplo para los demás, tener buenos ojos, un corazón amoroso y el
principal, estar siempre a los pies del Señor Jesús, pues es Él que nos
sustenta y nos inspira a ser siempre mejores.
No importa quién es usted,
Dios nos llamó para ganar almas. Él cuenta con usted.
Dios las bendiga, Besitos a todas
Coordinadora Amazilia dos Santos.
Es muy fuerte. No podemos estar preocupados con tener muchos títulos sino con ganar almas y tratándose de los niños más aún... Me encantó este mensaje.
ResponderEliminarEs muy fuerte. No podemos estar preocupados con tener muchos títulos sino con ganar almas y tratándose de los niños más aún... Me encantó este mensaje.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelente mensaje señora amazilia,esta palabra nos sirve para que cada una de nosotras haga una reflexión de como a sido nuestro trabajo en la ebi y en el GF teen,Nunca podemos olvidar que nuestra unica misión y la mayor prioridad es salvar el alma de cada niño y preadolescente para Dios.Solo lo lograremos si todas las educadoras y consejeras trabajamos con amor,entrega y dedicacion,esta es la clave para nunca perder el enfoque de nuestro objetivo de que sean salvos.Recordemos que cada una recibirá su galardón por parte de Dios,porque es el quien conoce nuestro corazón y la verdaderas intenciones de nuestro trabajo.
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