REFERENCIA BÍBLICA
Génesis
25.21-34
OBJETIVO DE LA LECCIÓN
Enseñar
a los niños que no debemos despreciar la bendición de Dios.
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“…Yo honro a
los que me honran, y humillo a los que me desprecian.”
(1 Samuel 2.30)
INTRODUCCIÓN
Lleve para la clase fotos de bebés, niños adultos
gemelos. Haga un cartel con las fotos y pegue con cinta adhesiva en la pizarra
(o en el mural, pared…). Comience diciendo lo siguiente: Niños, observen este
cartel (muéstrelo). Las personas en estas fotos son gemelas. ¿Ustedes conocen
algún gemelo? ¿Alguien de ustedes tiene una hermana o hermano gemelo? (Espere
la participación). Hay gemelos muy parecidos, pero otros no son tan parecidos.
En la historia de hoy voy hablar sobre el nacimiento de dos bebés gemelos.
¿Vamos a descubrir si ellos eran realmente iguales? Entonces presten atención
que la historia va a comenzar.
EL NASCIMIENTO DE ESAÚ Y
JACOB
HABÍA
UNA vez una linda mujer que se llamaba Rebeca, que se casó
con Isaac, el hijo de Abrahán. Ella no podía tener hijos y se quedaba muy
triste por causa de eso. Isaac oró a Dios con fe, pidiendo que Él curase a
Rebeca, ¿y saben lo qué ocurrió? Dios oyó su oración y Rebeca se quedó
embarazada de gemelos. ¡Que bueno no es verdad! Ella no podía tener hijos e iba
a ser madre de dos bebés. Los bebés se movían mucho adentro del vientre de ella
hasta que llego el momento de dar luz. Primero nasció Esaú, bien peludito, y
después nasció Jacob con la piel bien lisa.
El
tiempo pasó, los niños crecieron y se tornaron hombres con actitudes muy
diferentes. Esaú se tornó cazador y Jacob era bien más calmo, y le gustaba
quedarse en casa ayudando a sus padres. Esaú siempre cazaba y preparaba una
comida especial para el padre, y por eso Isaac lo amaba más que Jacob; pero
Rebeca prefería a Jacob. Ocurrió que cierto día, Esaú llego del campo con mucha
hambre y Jacob había terminado a hacer una comida muy rica. Al ver aquella
comida lista, Esaú pidió un poco al hermano. Jacob aprovechó la oportunidad
para hacer una propuesta al hermano: cambiar la comida por el derecho de
recibir la bendición de la primogenitura, o sea, Jacob quería recibir la
bendición del hijo más viejo en el lugar de Esaú.
En aquella época, el padre hacia una
oración pasando para el hijo mas viejo todas las bendiciones. Y Jacob no
aceptaba perder la bendición. Pero Esaú no se importó mucho, por eso respondió:
¡Está bien, estoy con mucha hambre! Que valor tiene para mí ese derecho del
hijo más viejo. ¡Ah niños! Esaú despreció la bendición de Dios como si fuese
cualquier cosa. Después de eso, comió, bebió y se fue, como si nada hubiese
ocurrido.
CONCLUSIÓN
Esaú cambió las bendiciones de Dios por una comida. De
la misma forma que muchas personas han cambiado el privilegio de recibir la
salvación a través de Jesús por cosas sin valor.
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