Enseñar a los niños que el Libro de Salmos hay muchas enseñanzas
importantes.
“Justicia eterna son tus testimonios." (Salmos 119.144)
¿A quién aquí le gusta oír las historias? Es muy bueno oír las historias de la
escuela, las historias que mamá cuenta en casa… ¿No es cierto? ¿Pero ustedes
sabían que existe un libro lleno de historias verdaderas? ¿Saben de qué libro
estoy hablando? (muestre la Biblia y espere la participación). Sí, muy bien, estoy
hablando de la Biblia, a través de las historias de la Biblia oímos enseñanzas
muy importantes para nuestras vidas. ¿Quién de aquí quiere oír una historia?
Entonces escuchen con bastante atención.
APRENDIENDO COSAS BUENAS
HABÍA UNA vez una niña que se llamaba Luli. Ella era muy obediente y
siempre se esforzaba para agradar a Dios. Luli tenía una habitación muy bonita,
lleno de juguetes, bicicletas y muñecas. Su familia le enseñaba la Palabra de Dios
todos los días.
Cierta vez, la mamá de Luli decidió donar unas cosas de la niña para un
orfanato. Entonces, ella pidió para que Luli separase algunos juguetes, ropas,
zapatos que no le servían más.
La niña se quedó curiosa y le pregunto a la madre lo que era un orfanato y por
qué los niños vivían allí. Su mamá le explicó que el orfanato es un local donde
viven niños huérfanos, que no tienen mamá ni papá.
Al oír aquello, Luli corrió hasta su cuarto y fue separando un montón de cosas:
zapatos, ropas y las mejores muñecas. Ella quería que los niños se quedasen
alegres con su donación.
Desde chiquita, Luli conocía la Palabra de Dios y aprendió muchas cosas
buenas a través de Ella, por eso esa amable, justa y muy inteligente. Ella no era
egoísta y le gustaba mucho dividir lo que tenía con aquellos que no.
Luli y su madre fueron hasta el orfanato y llevaron todo lo que consiguieron
recaudar, pues Luli también había pedido donaciones a sus amiguitas.
A pesar de haber entregado las donaciones, Luli hizo una linda tarjeta de
amistad para todos los niños. Su actitud alegró a todos del orfanato y a Dios
también, pues con aquella actitud ella demostró que realmente era una niña de
Dios.
CONCLUSIÓN
Debemos siempre actuar de manera correcta, pues las buenas actitudes
agradan a Dios. Pero solamente oyendo la Palabra de Él podemos aprender
cosas buenas y crecer con sabiduría y inteligencia. Luli actuó de manera correcta
y demostró a todos que era una niña correcta y diferente.
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