Saulo cambia de nombre y se convierte en pastor Saulo estaba en camino para Damasco cuando tuvo un encuentro con el Señor Jesús. Saulo, que ahora se llamaba Pablo, comenzó un gran viaje por varios lugares, junto con Bernabé, anunciando la palabra de Dios.
Cuando llegaron a una ciudad llamada Chipre, el gobernador los llamo, pues deseaba oír la palabra de Dios. Un joven que era mago trato de intervenir, pero Pablo lo reprendió. El gobernador creyó en Jesús y quedo maravillado al oír la palabra de Dios.
Pablo y Bernabé siguieron su viaje y, llegaron a una ciudad llamada Antioquia, fueron para la sinagoga y comenzaron a hablar de Jesús para todos los judíos, anunciando que El murió en la cruz y resucito para librarnos del pecado. A los judíos les gusto mucho y hasta los invitaron a volver. La noticia se esparció por toda la ciudad, y todos querían oír la predica de Pablo. Vean niños, ¡que maravilla es tener una nueva vida en Cristo Jesús! La paz, la fe, y la alegría que estaba en el corazón de Pablo, podía ser visto por todos lo que lo escuchaban.
Los líderes judíos quedaron con celo de Pablo y comenzaron a hablar mal de él. ¡Qué feo! Pablo y Bernabé dijeron que predicaron primero a los Judíos, porque Jesús vino primero a ellos. Pero, cómo no aceptaron, comenzaron a predicar a los gentiles. ¿Ustedes saben quiénes son los gentiles? Son todos los que no nacieron en Israel. Ellos estaban muy contentos por poder escuchar el mensaje de la salvación, y creer en Jesús. Debido a que la palabra de Dios se extendió, los líderes religiosos estaban muy enojados y obligaron a Pablo y Bernabé a abandonar la ciudad Siguiendo el viaje ellos llegaron a una ciudad llamada Listra, ahí muchos de los que oyeron acerca de Jesús eran adoradores de otros dioses, al ver a Pablo y Bernabé que en el nombre de Jesús sanaron a un paralítico, pensaron que eran dioses, y querían ofrecer sacrificios para ellos. Pero Pablo y Bernabé les reprendieron diciendo: No hagan eso, somos hombres como usted y nosotros estamos predicando el evangelio para que abandonen la idolatría y se conviertan a Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que allí hay. Después de estas palabras, y con gran dificultad, se las arreglaron para convencer a la gente. Sin embargo, algunos hombres religiosos influyeron en la multitud contra Pablo para apedrearlo, con el fin de matarlo, pero fracasaron. Ellos continuaron su viaje felices, hablando de Jesús, animando a todos con su fe y abriendo iglesias para los que se convertían.
Conclusión Pablo y Bernabé tenían mucha disposición y alegría para hablar de Jesús. En todos los lugares que pasaban, ellos no miraban para las dificultades, ni tenían miedo de hablar del Dios vivo. Y ustedes niños, ¿también tienen disposición y alegría para hablar de Jesús en todo lugar? En casa, para sus familiares; en la escuela, para los amigos... hable de Jesús, no tenga miedo ni vergüenza de decir para las personas que solo Jesús es el camino, la verdad y la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario