sábado, 31 de mayo de 2014

UNIDAD 4

Julia era una linda niña y muy obediente. Siempre se sacaba buenas notas y era elogiada por los profesores de la escuela. A Julia le gustaba mucho jugar, bailar, nadar, pero la cosa que más le gustaba era de invitar a sus amigas para ir a la EBI, iba con su mamá. En la EBI le gustaba de oír las historias que la educadora contaba, hacía las actividades muy contenta y era la primera en memorizar los versículos de la semana. Una de las compañeras de la escuela, llamada Rita, tenía envidia de ella y siempre intentaba perjudicarla; eso es muy feo, Un día, durante la clase, Rita tiró una bolita de papel en el pizarrón y le dijo
a la profesora que había sido Julia, pero la profesora sabía que ella no era de hacer esas cosas, además toda la clase vio que Rita había hecho eso. Todos juntos alzaron la voz y defendieron a Julia. Después de eso Rita no tuvo de otra que reconocer que ella había sido.
Al día siguiente cuando tocó el timbre de recreo, todos se reunieron en el patio de la escuela para comer y charlar, pero Rita sola y triste en un rinconcito. Los niños quedaron muy curiosos por saber porque estaba así, pero ni se acercaron a preguntarle temiendo que ella los maltrataba. Julia, en cambio, agarró su lonchera y fue a preguntarle: ¿porque estas triste? Ella respondió: porque olvide mi comida y estoy con mucha hambre. ¿Solo por eso? Tengo comida suficiente para dividir y comer contigo. Rita miró para Julia sin entender y aceptó la propuesta. Los otros compañeritos también quedaron admirados al ver a Julia
ayudar a una persona que la había perjudicado. Ella aprovechó la oportunidad de hablar lo que aprendió en
la EBI sobre amar al prójimo. Ella habló para los amigos que Jesús enseña que debemos ser bondadosos y amar a todos. Después de oír, Rita pidió disculpas y paso a frecuentar a la EBI

Conclusión:

¿Ya vieron, amigos? Debemos amar a todas las personas, hasta a los que nos entristecen. En vez de quedar con rencor o tristes, debemos orar por ellas y desearles el bien. Julia no se importó con las maldades de su compañera y no dejo de ayudarla cuando lo necesitó, mostrando con esa actitud que tenía el amor de Dios en su corazón. ¿Quién desea también tener este amor? Entonces vamos a pedir a Dios ayuda para amar a nuestro prójimo.

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